viernes, 22 de marzo de 2013

El té de Noel


“Estoy obsesionado con el té…”. Son palabras de Noel Gallagher (Noel Thomas David Gallagher, Manchester, 29 de mayo de 1967) extraídas de una entrevista que concedió el diario británico "The Guardian" hace ya cerca de dos años. El que fuera durante 18 años líder de la banda Oasis y que desde 2009 trata de forjar su carrera en solitario, siente debilidad por una determinada marca, la archiconocida “Yorkshire Tea”. “Me acompaña siempre. De hecho, una de las reglas en las giras de Oasis era: 'El té debe ser siempre de la marca Yorkshire'".



¿Puede un hombre, cuyos años de formación musical estuvieron marcados por el alcohol y el tabaco, sentirse atraído por la más hogareña de las bebidas inglesas? ”Soy un chico del norte”, dice, “y allí el té forma parte de nuestra dieta. Además, soy de ascendencia irlandesa. La tetera siempre estuvo presente durante mi niñez. Para nosotros es algo que forma parte de la rutina”.

Noel suele tomar unas cinco tazas de té al día, pero de joven tenía el hábito de consumir hasta 20 bolsitas de esta infusión cada jornada. De hecho, en su etapa como empleado de la construcción, su bebida estándar era “una taza con dos bolsitas”. “Me gustaba bastante fuerte”, dice, “pero un día me fije en el color marrón oscuro que se veía dentro de la taza y pensé: -‘Así debo estar yo ya por dentro’-. Así que pensé que tenía que ir rebajando la dosis…”.

Como un verdadero bebedor profesional de té, Gallagher tiene unas normas que nunca se salta a la hora de prepararlo. La leche se añade al final. Primero se pone el azúcar con la bolsita de té, se echa el agua caliente hasta dejar aproximadamente un dedo en la parte superior y se deja reposar durante un buen rato. Y ¿qué color debe tener un buen té? “¿Usted conoce los envoltorios amarillos de los caramelos Toffees de la marca Quality Street?”, dice, “pues el té debe tener exactamente el mismo color, y si no, lo mejor es tirarlo por el desagüe”. Siempre prepara su propio té, porque dice que es muy complicado encontrar alguien que lo haga realmente bien. En confianza comenta que el té que alguna vez le ha preparado su gran amigo Paul Weller deja bastante que desear. “Lo deja bastante aguado...”, confiesa.

Y, como un verdadero experto, plantea varias incógnitas sobre los misterios del té: “¿Cúal es la edad idónea para empezar a beberlo? ¿Por qué es tan complicado encontrar un té decente en Estados Unidos? ¿Por qué, curiosamente, en Londres, una de las ciudades del mundo donde más té se consume, nadie utiliza tetera?”.